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Muchas veces me quedo sorprendido con la cantidad de barbaridades que puede llegar a decir la gente en internet. La protección que tienen detrás de una pantalla les permite abrirse a los demás más de lo que de otra manera no podrían…
A eso sumarse el hecho de que es casi imposible entender con seguridad lo que ha querido decir el otro… traduciéndose en risibles discusiones que se extienden por decenas de comentarios.
Ok, esto debo admitirlo… pero siendo sincero también he caído en la trampa de discutir con un entero desconocido -a quien probablemente nunca llegue a conocer en mi puta vida- sobre cosas tan triviales que bien podrían ser escritas en una máquina de escribir invisible.
Pero he comenzado a entender que defender a esa persona que tanto admiras, no aporta nada a lo que eres… solo termina alterándote, hacerte tener odio con alguien que ni va y al final de todo, tener un mal rato. Después de ganar una o tantas discusiones mi vida va a seguir siendo la misma. Tan simple y tan aburrida como siempre. Podrá ser acaso esa la razón por la que tanta gente de puro aburrimiento gusta enfrascarse en estas cosas?, hmmm no lo sé. Lo único que sé, -como ha dicho Confucio- es que nada sé y ahora, cada que me encuentro escribiendo el salmo 119, me acuerdo de que no soy David, que no soy rey de Judá y que no sé cantar